miércoles, 10 de febrero de 2010

Y desperté con Iván...


El amanecer debería venir acompañado de un despertar apacible y sin mayor novedad, un buen descanso que al día siguiente permita estar concentrado en tus labores diarias y no pensando en lo que hiciste la noche anterior, en lo que te pasó mientras dormías o en lo que te duele… me refiero a dolores en general (no lo que están pensando mañosos).

He conocido diversas y extrañas formas de despertar, la que más sorpresa me causa es aquella en la que te quedas dormido a medias, sueñas que caminas por algún lugar y de pronto tropiezas, caes o te empujan, y la reacción física es tremenda, abres los ojos de golpe, asustado, pensando que te has golpeado y te has roto algo, luego te das cuenta de que tu mente te estaba hueveando y que el latido rápido de tu corazón tiene que apaciguarse. Una explicación no científica del asunto es el cuento del “cordón de plata”, según el cual este es el nexo que une el alma con el cuerpo, lo interesante de esto es que te permite viajar por “todos los planos astrales” sin que tu almita se fugue por ahí y nunca vuelva. El problema es cuando el bendito cordón se rompe, ahí te jodiste, te mueres. El “tropiezo” o la forma abrupta de despertar se debe a que el cordón de plata jala tu alma de manera violenta puesto que te estás yendo muy lejos, es como hacer puenting, tu alma regresa de golpe y te despiertas.

Como muchos, cuando era niño también me he orinado en la cama, es un paso obligatorio de madurez para la raza humana, aprendes a controlar tus esfínteres y por lo tanto tu cuerpo. En mi caso el asunto no pasaba por traumas o nervios, me orinaba por vago, estaba durmiendo plácidamente y por no levantarme soñaba que estaba en cualquier lugar y que podía mear con la mayor libertad, entonces un chorro fuerte y sonoro salía de mi cuerpo al árbol o lo que sea que estuviera imaginando, todo era perfecto hasta que empezaba a notar el maldito chorro caliente mojándome y haciéndome correr de verdad al oscuro y lejano baño, no importaba que no viera nada, aún hasta ahora no puedo apuntar bien a la taza, pero sigo practicando.

Despertar con la cama mojada es terrible, te sientes un huevonazo, y en realidad es demasiado incómodo. Felizmente ya pasaron esas épocas (creo). Esto me lleva a recordar que la gente también despierta un poco “arriola”, en los hombres es super notorio que “han armado carpa” durante la noche o que están “visitando Paraguay”, si te das cuenta lo disimulas o te quedas esperando que baje la hinchazón ¿pero si no te das cuenta? Alguna vez un amigo andaba de lo más feliz demostrando que no sufría de impotencia, pero poniéndonos incómodos a todos sin saber qué decirle para que se tape.

Que te despierten es otra joda, están los violentos y los cariñosos, los dos son una joda, porque al cariñoso no le puedes gritar ni insultar, te sentirías mal, y al otro lo puteas e insultas pero ya te malogró el sueño. Y es peor cuando te despiertan por las huevas, por ejemplo si es feriado y tu mamá se olvidó “¿hijo, no tienes que ir a trabajar hoy?” – “no mamá ¡es feriado!” – “A ya, entonces duerme no más”. O cuando te despierta algo paranormal, esa es una palta terrible, sientes que alguien te respiró al oído, alguien te mira a los pies de tu cama, alguien te llamaba desde el más allá, una sombra pasaba y ya no puedes dormir pensando qué carajo era. Otras veces tienes pesadillas que no son terroríficas pero que te dejan pensando, es una sensación rara que asusta.

Lo que suele asustar más que una pesadilla es cuando despiertas en un lugar que no conoces, normalmente sucede cuando te alcoholizas, luego de un juergón de aquellos. Tengo un pata que despertó en un parque con el pantalón abajo (no pregunten por qué), y creo que ya he contado cuando nos quedamos en la casa de un amigo, me acosté relativamente temprano y cuando desperté tenía a dos tipos durmiendo a mi lado y yo al centro de ambos, uno en ropa interior y roncando, el otro sonriendo extrañamente, me pregunté qué había pasado y metí la mano a mi bolsillo, encontré varias monedas lo cual era más extraño teniendo en cuenta de que había gastado todo mi dinero esa noche. Supuse que al menos habían sido concientes y me pagaron por el servicio. Por supuesto luego encontré explicación lógica para todos esos sucesos.

Otra vez desperté en la casa de una amiga, pensando que estaba en mi cuarto me empecé a quitar el polo aún con los ojos cerrados porque tenía calor, grande fue mi sorpresa cuando escuché pasos de alguien que bajaba las escaleras, abrí los ojos y estaba en un sillón de la sala, mirando a la mamá de mi amiga que me preguntaba si quería desayunar y tratando de ponerme nuevamente el polo con desesperación. A un amigo le pasó algo parecido, solo que él dormía con la chica que se había “levantado” y cuando despertó trató de irse “caleta”, sin hacer bulla, mientras ella se bañaba de lo más normal, bajó rauda y sigilosamente las escaleras, nunca esperó encontrarse frente a toda la familia de la chica desayunando, ni siquiera se acordaba del nombre de la susodicha, solo atinó a saludar, disculparse y salir por la puerta con la frente en alto, ni bien estuvo afuera se echó a correr a cualquier lugar porque no tenía idea de dónde estaba.

Hace unas semanas estaba en Arequipa con mis amigos, la fiesta duró hasta que salió el sol y transcurrió sin mayor novedad (más allá de un pata que vomitó en el piso alfombrado y se quedó dormido abrazado del water según cuentan) para esto yo había estado con mis patas desde el inicio, y por razones que no contaré acá no quería volver solo a mi cuarto, así que le dije a uno de los que seguía vivo que me acompañara. Al día siguiente, un conjunto de entusiastas personas nos fueron a despertar, entraron con bulla y cámaras al cuarto, y todo estaba bien hasta que escuché frases como esta: “dos hombres juntos”, “que asco, que habrán hecho”, “están en cucharita”. No me di por aludido hasta que estiré mi brazo y toqué algo peludo, era la cara de Iván que dormía de lo más rico a mi lado. En vano intenté taparme con el edredón, la multitud enloquecida nos quitaba todo lo que nos podía cubrir.

Esta anécdota generó innumerables comentarios y bastante chacota, a pesar de haber estado totalmente vestidos y espalda con espalda la gente imagina de todo, en nuestra defensa podemos decir que en la cama contigua habían dos chicas durmiendo juntas y que intentamos en vano hacer un “change”, cambiar de lugar para pasar una mejor noche.

¿Has tenido alguna forma rara de despertar?

El link de facebook... espero que todos puedan entrar y ver el video.