Es un espacio ácido, de sarcasmo, ironía y bilis. Prima (la tuya) la libertad de expresión y opinión especialmente la mía. Se trata de divertirnos con nuestra colorida (huachafa) sociedad. También se publicarán algunas jodas al público en general.
viernes, 23 de septiembre de 2011
Cuando no hay papel... no hay papel
Una de las experiencias más difíciles de sobrellevar es la apremiante necesidad de ir al baño, no solo por lo complicado que es encontrar uno que se amolde a tus requerimientos, sino que la urgencia puede convertirse en un desastre sin precedentes para tu vida social y para tu ego.
Hay ciertos elementos que debes tener en cuenta para utilizar un recinto como baño (específicamente “cagadero”). Fíjate que haya dónde sentarse, es que ya sin la taza es bastante incómodo el trámite, entiendo que existen letrinas que no cuentan con este lujoso accesorio, he podido usar alguna, solo en caso de extrema urgencia y de encontrarte en un ámbito rural permítete practicar posiciones nuevas para la descarga. Se asegura entumecimiento de músculos y dolor de articulaciones, posiblemente lesión a los meniscos y tendones.
Una de las situaciones más incómodas es que no haya papel para limpiarte luego de ejecutada la acción y es ahí cuando tu creatividad y capacidad de solucionar problemas sale a flote (como todo lo que has dejado flotando). Cierto día de verano en mi querida universidad estaba yo expresándome libremente en mi baño preferido, cerca a la oficina de Aiesec, este fenomenal cuarto de baño era individual, estaba ubicado en un lugar por donde no pasaba nadie, al fondo de un pasadizo en un cuarto piso, no entraban ni salían ruidos de ese ambiente, estaba muy bien ventilado, y lo más importante es que estaba totalmente equipado: jabón, toallas de mano, revistas universitarias, y papel.
Sin embargo, por confiado no reparé en un pequeño detalle, justamente ese día no habían repuesto el vital elemento que proviene de los árboles, luego de cerrar la revista vi el rollo de papel vacío y no me preocupé mucho, siempre hay papel toalla para solucionar estos imprevistos. La preocupación vino al levantar la vista y ver también vacío el rollo de las benditas toallas, entré en desesperación, se me nubló la vista, pensé en gritar para que me pasen papel pero estaba lejos de cualquier oído humano y armar un escándalo para llamar la atención de alguien con los pantalones abajo no es muy sensato que digamos.
Recordé que el baño de mujeres estaba al lado, probablemente estaría vacío por las características del lugar, así que me levanté los pantalones con cuidado y, sin presionar mucho las nalgas, salí caminando con aplomo (como pato) hasta el ambiente femenino. Cuando no es tu día no es tu día, y descubrí amargamente que tampoco había papel en aquel lugar, ni franelita, ni toallitas húmedas ni periódico que sirva, literalmente estaba cagado.
Pero mi agilidad mental funcionó rápidamente, recordé que en ese piso habían cuatro baños, sonreí pensando que solo había que mantener las nalgas relajadas por unos cuantos metros más, así que caminé por el pasadizo sin llamar la atención de nadie, haciéndome el loco, mirando la techo y silbando con las manos en el bolsillo. Estos baños eran visitados por más gente por estar cerca a las escaleras y el ascensor, pero supuse que estarían libres, no reparé en que algunas veces los cerraban con llave para que los usuarios no abusen del servicio.
El baño de hombres cerrado, baño de mujeres cerrado también, recorrí los malditos cinco pisos de ese edificio de Bienestar que me estaba causando un profundo malestar en busca de un maldito baño abierto, pero cuando no es tu día no es tu día, y los que no estaban ocupados estaban cerrados.
En esas circunstancias y sudando frío, pensé habían miles de baños en la universidad, pero no es fácil caminar como pato tantos metros, me arriesgué cruzando el camino principal de mi alma mater, sonriendo forzadamente y tratando de apurar el paso, por fin llegué a un baño más humilde y público, donde la colectividad hace la fuerza y todas las letrinas tenían recursos de sobra. Encontré papel y fui feliz.
Aunque no siempre tendrán la suerte de caer en un lugar como este, a falta de papel higiénico he visto utilizar muchas cosas. Lo más común es papel periódico, supongo que te quedará todo con tinta después. En algunos restaurantes de mala muerte encontrarás un Trome o un Líbero esperando a ser usado. En ese caso trata de utilizar la sección política, deben haber varias fotos de congresistas y uno que otro miembro del Ejecutivo. No desprecies la sección de Chollywood, vale la pena.
Otra que he visto (y usado) son las guías telefónicas, ante una emergencia en un centro comercial conocido, no encontré algo mejor que las dichosas guías. Lo curioso es que había una a medio usar en cada letrina, entonces concluí que así ahorran recursos ¿el jabón líquido será gelatina? Por último, para que nunca olvides proveer el baño de tu casa con papel, he visto en más de una ocasión toallas de mano muy finas tiradas a la basura de la peor manera, y no solo pasa con ebrios.
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1 comentario:
papel periodico? pobre poto! eso debe doler!mi estimado! para la proxima lleva tu poquito de papel en el bolsillo! hahaha... gracias a Dios eso sólo me ha pasado en mi casa, donde grito desaforadamente por este vital insumo! PAPEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEL!!!!!!!
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